El viaje

Era temprano, de seguro muy temprano, ninguno recuerda bien la despedida. Si está claro que había que irse en algún momento, hay que crecer, progresar salir adelante, como se dice en esos lares hacia dónde íbamos. Por algo nos quisimos quedar acá y no andar errantes por ahí buscando terceras personas.

Tampoco me acuerdo, ahora que lo pienso, mucho de tu cara, la verdad es que ha pasado un tiempo, si, si ya sé que es corto, pero entendé que todo fue muy rápido, solo sé que estabas ahí y compartías cosas conmigo. Cosas buenas, y otras complejas de entender. Aún no me acomodo bien a esto de las leyes que nos rigen. Me siento bastante torpe con estas capacidades, según dicen los demás que tengo. No entiendo porque dicen eso, si ni siquiera les he dicho nada de lo que sé hacer y lo que aprendí en todo este tiempo.

Sabés que estaba meditando en lo de esta gente que anduvo revolucionando la decisión de la mayoría, buscando adeptos para que siguieran esos ideales vanos, sin una buena base, sin pilares que sostuvieran tales ideas. Los conceptos erráticos y sin fundamento más allá del hecho de lograr el cometido, no viendo que al seguir esa clase de proyecto, no se llegaba a nada.

Tampoco se explica la actitud de aquellos que se quisieron borrar nomas. Capas que el miedo pudo más.

No sé, la verdad no importa mucho ahora. Ya estoy acá, ya llegue, costo un poco pero al fin después del largo viaje. Refiriéndome al viaje, el servicio personalizado muy bueno, inclusive la comida, recomendable el hospedaje y el trato, fueron muy cuidadosos y preocupados. Corresponde en todo caso, no vaya a ser que después les dejen alguna queja en el libro de reclamos. Nunca lo vi por cierto, pero lo busque al llegar, por que cuando dejé el lugar donde me alojaba, te diré que el traslado hacia la casa fue bastante complejo.

Les grite un par de cosas a unos tipos que andaban con unas ropas de color blanco y otros de verde, bastante alejados de la moda la verdad pero obviamente no me entendieron nada. Las vicisitudes de aprenderse otra lengua, aún no empiezo el curso de idioma, pero tengo tiempo, supe que me falta un rato para poder tomar clases, pero en casa se supone que van a enseñarme el idioma, para ir adelantando.
Como te decía igual me saque las ganas y les grite un rato. Después del cuasi traumante traslado, alguien llego, alguien muy familiar, y me dio un abrazo, para que me tranquilizara, menos mal.

Por lo que supe, vos no alcanzaste a conocerlos. Son muy buena gente, geniales por demás. Me han atendido como rey. Inclusive a veces me ataca el insomnio y me hacen el aguante hasta que me duerma.

Me di cuenta que te esperaban con ansias y ahora están re contentos de que allá llegado yo, a pesar de que vos no alcanzaste a venir a verlos. Se acuerdan de vos igual. Te cuento esto para que sepas que te quieren ver en algún momento. Así que vos avísame cuando podamos juntarnos todos. Por ahí supe que para cuando termine todo el proceso en el cual estamos con ellos, y llegue el tiempo de irnos de acá, va a haber un tiempo dónde vas a poder compartir con ellos también, antes de que nos cambien definitivamente de casa.

Bue’ me despido por hoy, es tarde y tengo que pegar el grito para ver si me traen algo para comer. Hace ya como 3 o 4 horas que no como nada y vos sabrás lo hambriento que soy.

A propósito, acá en la familia no me llaman por como vos me conoces, acá me dicen Tito.

Dedicado a Tito, a su familia, a Mery y a quien no alcanzaron a conocer... aún.